Pueden encerrarme en una prisión
pero no podrán jamás
encerrar una canción.
Así que no dejaré de cantar
gritando todo lo que pienso,
señal de que no estoy muerto.
Tenemos derecho a protestar
aunque lo tengamos que disfrazar
tras unas rimas asonantes
y haciendos pasar por cantantes.
Mejor luchar por lo que creéd
que por lo que creén los demás.
Acaso es que nadie ve
lo mal que así no va?
Yo no seré otro corderito
dentro del corral,
prefiero cometer el delito
de unos versos rimar
abriendo al mundo el apetito
de buscar la libertad
alzando la voz en grito
liberandose de la ansiedad.

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