No me hables de historia,
háblame de presente.
Cuéñntame cómo viven tus gentes
mientras tú estás en la gloria.
Esto va por todos los gobernantes
que son sólo unos farsantes.
Señores de la lujuria.
Mientras, el pueblo está en penurias.
Le hablo al rey y al presidente:
cuando unos cuantos despierten
va a haber revolución,
y no habrá ley o institución
que pueda parar la libertad
aunque haya que pelearla.
Porque las ganas de volar
no pueden encarcelarlas.