Veo a lo lejos un panteón.
En él está mi nombre escrito.
Suena triste una canción.
La letra habla de destino.

Me aproximo a verlo de cerca.
No hay flores, ni fotografías.
En mi mente se despierta
una inconsolable agonía

El cuerpo debe estar bien podrido
más nunca ha recibido visitas.
Me doy vuelta y me despido.
Esa situación me irrita.

Tras un arbol oigo llantos.
Una mujer se marchita
gritando con fuerte espanto:
¡Se mató porque le quería!

Descarga mi primer poemario gratis aquí. Paga sólo lo creas adecuado, paga sólo si lo consideras adecuado.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s