Muriéndome en cada verso
consigo hallar vida.
Entre un millón de excesos
está la única salida.
Se acabaron los besos.
Esta es la despedida
de un maldito obseso.
Mi alma agradecida
a tanto «de ti me aprovecho»
por hacer ver su desdicha,
a tanto maldito necio
con quien malgasté mi vida
teniéndolos en mi pensamiento
mientras de mí se olvidan.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s