He salido de mi particular armario.
Tras de mí la puerta se ha cerrado.
Ya no hay vuelta atrás.
No quiero volver a entrar
en ese cubículo imaginario
dónde he guardado mi inventario
de traumas, fobias y complejos.
Y ahora me marcho lejos
a descubrir un mundo nuevo.
Que si bien sé que está enfermo,
tampoco soy el más cuerdo.
Así, que a volar desde cero.


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