Quiero quedarme en mi rincón,
cavilar en mi esquina alejado del mundo,
respirar tan solo un segundo para hinchar profundo cada pulmón
y gritar hasta romper los tímpanos de la soledad,
esa amante y cruel esposa que no conoce la piedad…
y exigirle con susurros estridentes
que me olvide para siempre
y no vuelva nunca mas…