Querida mamá:
Perdóname por tantas cosas que hice mal.
Por las veces que dije que iba a cambiar
y después, todo volvía a empezar.
No quiero hacerte más promesas
que sé que no puedo cumplir
pero quiero que, por siempre, sepas
que lo eres todo para mí.
No sé que nos depara el destino,
pero sé que el presente está jodido.
Aún así, por favor, no dejes de luchar.
Tú siempre pudiste más.
Siempre me cuidaste y protegiste.
A veces, seguro, sin yo saberlo.
Así que, te suplico, insiste.
Haz algo bueno de mí, y vive para verlo.
Quiero que estés orgullosa de mí
porqué eso te basta para ser feliz.
Por eso no dejo nunca de escribir
aunque pocas veces sobre ti.
Quiero estar un día entre los grandes
para que puedas presumir de hijo.
Tú, sin duda, eres la mejor madre,
y yo, siempre, seré tu canijo.
Aunque un día fuese presidente,
tú tendrías autoridad sobre mí.
Y da igual lo que piense la gente,
yo sólo quiero verte sonreir.


Deja un comentario