Le llamaban Raposo
y estudió en el San José.
En Pontevedra era famoso
y a todos caía bien.
Siempre andaba con sus trapis
y la gente creía que era chachi.
Lo que poca gente sabía
era que maltrataba a las tías
e intimidaba discapacitados,
y el cobarde se excusaba en estar drogado.
Yo fuí uno de sus intentos de intimidación.
Por eso le dedico esta canción.
Antiguo compañero de escuela,
la coca te ha dejado secuelas
y deudas por todos lados.
Ahora vives descontrolado
y aprovechándote de todo dios.
Te las esnifas de dos en dos
y luego vas pidiendo perdón.
Eres el típico maltratador,
Sé que tienes amigos policías,
a los que va también esta poesía.
Si queréis ir a por los malos
deberíais darle a él los palos,
o quizás también seáis como él
y también peguéis a vuestra mujer.
Vamos a ver que sucede,
si pago yo por el poema este,
o él por ser un maltratador
Pero si no actúan, un día dirán que la mató.
O quizás a cualquier otro,
porque se ha quedado loco,
pero yo no le tengo miedo,
así que le dedico todos mis pedos.
Puedes decir que sigan jodiendo,
que continuaré escribiendo.
Y cada vez daré más detalles
para que tú, ya no me ralles.


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