Me gustaría ser mejor persona
pero no han dejado de hostigarme
los que se creen con derecho a castigarme
hasta dejarme la cabeza totalmente loca.
La verdad, ya no importa.
La vida es tremendamente corta
para, además, autoflagelarme
por imbéciles que no saben respetarme.
Mamones, no saben lo que valgo.
Yo. de su estúpido rebaño, me salgo.
Prefiero ser zorro
y vivir del morro
cantando y poniendo el gorro,
sacando dinero para porros,
y para poder irme de aquí.
Siempre he sido un infeliz
pero había encontrado un camino
que no sería mal destino
Esquizofrénico decían…
mientras la gente me enloquecía.
Ahora me dicen bipolar
porque ya no estoy tan mal,
y porque salto por casi nada.
Gracias señores psiquiatras
por contribuir a mi locura,
y para nada a mi cura.
Antes parecía ayuda.
Ahora es pura tortura.
Gracias a la policía también
por haberme tratado «tan bien».
A los medios, por mentir
quitándome las ganas de vivir.
Y por supuesto también
a quién sólo vino por interés.
De todo el mundo aprendí
a confiar, tan solo, en mí
y a dejar de quejarme tanto
teniendo que esconder mi llanto,
pero también mi alegría
por si la considerasen rebeldía.
He superado una emfermedad mental.
Pero no puedo superar a tanto subnormal.


Deja un comentario