Me llaman Kiko, soy una persona con trastorno bipolar a quién le gusta desahogarse escribiendo.

He trabajado en varias cosas diferentes, pero el cometido que más feliz me ha hecho ha sido vender mis poemas por las calles porque sentía que no tenía una atadura constante y podía hacerlo los días y horas en los que la bipolaridad me lo permitía.

Ahora, intento dar el salto a la web con los pocos conocimientos que tengo de informática, sin mucho agobio, pues el móvil me permite dedicar el tiempo que yo quiera, ahora que, estoy intentando superar una etapa de reclusión voluntaria por culpa de un episodio paranóide.

Debo decir que todo el trabajo lo he hecho yo, desde escribir los poemas, hasta autoeditarlos y distribuirlos en la web y en la calle. No he tenido ayuda de nadie, con lo qué habrá muchos errores, pero demuestra que un bipolar puede hacer cualquier cosa si le dan una oportunidad.

A día de hoy soy beneficiario de una pensión, y puedo permitirme dedicar los pocos ratos de bienestar que tengo a la web, y los muchos malos, a plasmar mis emociones en forma de rima.

A pesar de mis, a veces, agresivas palabras, no deberías sentirte agredido como lector. Pretendo más, expresar mi sufrimiento, que hacer daño con mis palabras.