A todos los locos

Me gusta la ropa barata.
No necesito traje o corbata
para mostrar al mundo quien soy.
Quizás no lo entiendas hoy,
pero tal vez lo hagas mañana…
La corrupción de la raza humana
pone mascaras en nuestras almas,
para ocultar la inmensa legaña
de las caras de la gente.
Que mal hay en ser diferente
y en desconfiar de lo aparente?
A nadie le importa la vida del hombre,
que no tiene ni padrino, ni nombre
A nadie le interesas, amigo…
si no te ha bendecido ya el destino
no eres más que otro cualquiera.
Por muy justas que sean tus metas,
nadie quiere escuchar a un loco.
Sin embargo a los locos invoco
y les digo: vuestro es el mundo!
No dudeis, ni por un segundo,
que los cuerdos no son los otros!
La verdadera locura es ser iguales.
Oidme locos racionales!
Vuestra genialidad que nadie la apague!
Sin vosotros la vida no valdría
ni para seguir en ella un solo día.
Sin vosotros, sin mí, otro loco…
lo mas grande valdría bien poco.
No olvideis estas palabras:
En la diferencia está la esperanza.
Mirad atrás en la historia…
Las cabezas mas brillantes eran norias,
torbellinos de pensamientos,
agonías y lamentos.
Locos del mundo… uníos!!
Mandemos al cuerno a los cuerdos.
Quizás este pensamiento mío,
no haya por donde cogerlo.
Pero si piensas como lo hago yo,
quizás aún hay esperanza para los dos.
Quizás si exista un dios
bondadoso y no perverso…
Esta la única esperanza de estos versos.

Huraño

Por dentro, me siento extraño.
Vuelvo a ser ese huraño
presa de sus sentimientos,
esclavo de los remordimientos
qué, tal vez, ni tan siquiera son míos,
tal vez, son capricho del destino,
o pura imaginación de mi sino.
No comprendo, ni la realidad,
ni la ficción, ni la casualidad.
Loco, como el pobre hombre,
que ya, ni recuerda su nombre.
Mil demonios dentro de mi hades.
Mil querubines en mi cielo inconstante.
Si muriera mañana…
Y no es por falta de ganas…
Pero aún habita en mi una fuerza,
que lucha con incesante certeza,
y hace mover mis pies…
aunque se muevan, siempre, al revés.
La fuerza de la que hablo es el amor,
la pasión, los sueños, tu calor.
Sólo así me mantengo vivo,
imaginando que vuelo contigo,
que abro los ojos y consigo,
robar tu noble corazón.
Quizás piensen que son capricho,
mis ansias por perder la razón.
Pero repito lo ya dicho:
A mi, lo que me mueve es, tan sólo, el amor.

Mi par

Mírate desde mis ojos,
y verás tu genialidad:
La que nunca sufre enojos
y no conoce la crueldad.
La perfección inexacta,
con su pequeña inestabilidad.
La confusión, interiormente, grata
con deseos de felicidad,
La encarcelada entre sus rejas,
con su particular miedo a escapar.
La niña que nunca se queja…
En cierta medida: mi par.

En las horas de mayor oscuridad

En las horas de mayor oscuridad,
mi mente construye su propia realidad,
dibuja arcoiris en blanco y negro,
y tambien sueña con su propio entierro.
En las horas de mayor oscuridad,
mi mente dice qué, tan sólo, soy un necio,
que mi locura es sólo una casualidad..
de mis complejos, el precio.
En las horas de mayor oscuridad,
me siento a gusto recordando los venenos,
que con una cierta crueldad,
acentuaron todos mis miedos.
En las horas de mayor oscuridad,
aún recuerdo aquel podrido beso,
que me hizo perderme en los excesos,
para escapar del mundo una vez mas.

Locura

La locura se ha hecho dueña de mi mente.
Vuelvo a tenerle miedo a la gente.
Pero no puedo dejar que se paren mis pies.
No. Tengo que luchar por seguir haciendo el bien.
No se dónde volará mañana mi cabeza
Y aunque me produce una profunda tristeza,
de monento, me encierro en mi celda,
con miedo a la luz del día
He perdido otra vez mi simpatia,
mis ganas de estar vivo…
Intento relajarme y respiro.
Y no encuentro solución a mi enigma
Quizás haya en mi pasado un gran estigma,
que no me permite andar mi camino.
Quizás es el maldito destino,
el que rompe mis ansias de estar vivo.
Más no importa. Todavía camino.
Aunque sea sólo por mi madre,
necesito seguir vivo.
Para poner sobre la mesa el pan que nos falte,
aunque cueste y canse,
por culpa de mi maltrecha mente.
Tal vez, un día, de repente,
despierte de esta sutil amargura,
y dejen de parecerme tan duras,
las cosas que son mas livianas:
Levantarme por la mañana.
Trabajar toda la semana.
Limpiar a fondo la casa.
No es fácil para alguien como yo,
mi cabeza, o trabaja sin parar,
o se estanca de un tirón.
Y hoy, mi cabeza, sólo se quiere apagar.